Un paciente entra a una habitación de hospital, se sienta y comienza a interactuar con un médico. Sin embargo, en este caso, el médico no está físicamente presente, ya que aparece como un holograma.
Lo que podría parecer ciencia ficción ahora es una realidad para algunos pacientes del Crescent Regional Hospital en Lancaster, Texas. Desde mayo, este hospital ofrece a sus pacientes la posibilidad de recibir visitas médicas remotas a través de hologramas, gracias a su colaboración con Holoconnects, una empresa de tecnología digital con sede en Holanda.
Cada Holobox, el dispositivo de 440 libras y 7 pies de alto que muestra una imagen 3D de un personaje en tiempo real, cuesta 42.000 dólares, más una tarifa anual de 1.900 dólares.
La imagen de alta calidad proyectada por Holobox crea la ilusión de que el médico está realmente en la habitación, cuando en realidad está a kilómetros de distancia, observando al paciente a través de cámaras y pantallas.
Este sistema permite asociar más las consultas de telemedicina a una conversación personal. Actualmente, el servicio se utiliza principalmente para visitas pre y postoperatorias, pero las pautas de Crescent Regional planean extenderlo a las visitas médicas tradicionales, creyendo que esto mejora la experiencia del paciente.
“Los médicos pueden tener un impacto muy diferente en el paciente”, afirmó Raji Kumar, socio director y director ejecutivo de Crescent Regional. “Los pacientes sienten que el médico está ahí”.
Sin embargo, algunos expertos siguen siendo escépticos de que una visita holográfica sea realmente superior a las opciones tradicionales de telemedicina 2D, como Zoom o FaceTime. En el campo médico, las innovaciones tecnológicas se evalúan en función de su capacidad para mejorar la atención, reducir costos o aumentar la calidad del servicio, afirmó el Dr. Eric Bressman, profesor asistente de medicina en la Universidad de Pensilvania.
“No conozco ningún dato que permita pensar que esto mejoraría la calidad de la visita en comparación con una visita regular de telemedicina”, comentó el Dr. Bressman, experto en medicina digital.
Por su parte la Sra. Kumar argumentó que una de las ventajas del holograma es su gran pantalla y su sofisticada cámara, que permiten al médico ver todo el cuerpo del paciente, útil para evaluar características como la marcha o el rango de movimiento. El Dr. Chad Ellimoottil, director del Sistema de Salud Virtual de la Universidad de Michigan, dijo que esta característica podría ser particularmente útil en fisioterapia.
“Incluso si algunos de los beneficios del holograma son menos tangibles, la experiencia del paciente mejorará significativamente”, dijo Steve Sterling, director ejecutivo de la división norteamericana de Holoconnects. “No afectaremos los resultados de los pacientes”, dijo Sterling, “pero lo que ya estamos experimentando es una sensación de compromiso entre médicos y pacientes”.
Aunque Crescent Regional es el primer hospital en implementar Holobox, los servicios hoteleros son actualmente los principales usuarios de esta tecnología. Según Sterling, doce hoteles ya están equipados con Holobox y hay planes para instalarlo en 18 ubicaciones más.
El Dr. Ellimoottil cree que esta tecnología se adapta mejor al contexto hotelero que al médico. La telemedicina permite a los pacientes reunirse con su médico desde casa, mientras que aquellos que utilicen Holobox tendrán que ir a una clínica.
Además de las preocupaciones sobre mejorar la calidad y accesibilidad de la atención, el costo también es un problema. Actualmente, $42,000 sobre una tarifa anual de $1,900 no es un inconveniente importante. Sin embargo, la Sra. Kumar desafía la reversión.
“No se trata de generar ingresos”, explicó. “Si se trata más de la calidad del paciente, del compromiso y de ofrecerle un mejor servicio, le da más comodidad”.