El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha aprobado una resolución redactada conjuntamente por Estados Unidos y Ecuador para autorizar una misión multinacional de apoyo a la seguridad en Haití. La iniciativa, que se pondrá en marcha en colaboración con Haití, responde a la petición de este país de apoyo internacional para hacer frente a la inseguridad y crear las condiciones necesarias para la estabilidad y el crecimiento a largo plazo. Más concretamente, la resolución faculta a la misión para proporcionar apoyo operativo, logístico y de formación a la Policía Nacional de Haití. La resolución fue adoptada por 13 votos a favor y dos abstenciones, las de Rusia y China, ambas miembros permanentes del Consejo. No hubo ningún voto en contra.
La creación de la fuerza multinacional, un año después de que fuera pedida por el Gobierno haitiano secundado por el secretario general de la ONU, António Guterres, es tal vez el único resultado palpable de la 78ª Asamblea General de la ONU, que se celebró hace dos semanas en Nueva York con bajo perfil político. En su discurso ante el plenario, el presidente de EE UU, Joe Biden -uno de los pocos jefes de Estado que asistieron a la convocatoria-, urgió al organismo internacional a contribuir a los esfuerzos de estabilización de Haití mediante una fuerza multinacional, no de interposición, como las desplegadas en conflictos por todo el mundo, sino de apoyo a un país arrasado por las catástrofes naturales y una absoluta crisis de gobernanza, por no calificar la situación que vive de anarquía, de ahí la insistencia de Biden de enviar “con urgencia” efectivos para ayudar a la policía local a combatir a las bandas organizadas que han secuestrado la seguridad del país.
La ONU ha recordado que más de 3.000 personas han sido asesinadas en el país en lo que va de año y se han registrado más de 1.500 casos de secuestro para cobrar un rescate. Unas 200.000 personas han tenido que huir de sus hogares y las agresiones sexuales a mujeres y niñas a manos de grupos armados van en aumento. Decenas de miles de menores no pueden acudir a la escuela.
Bajo la dirección de Kenia, el grupo estará formado por mil agentes, en su mayoría del país africano, pero también provenientes de Estados caribeños como Jamaica, Barbados y Bahamas. “Este mandato no se trata solo de paz y seguridad, sino también de la reconstrucción de Haití: sus políticas, su desarrollo económico y estabilidad social”, escribió en la red social X (antes Twitter) Alfred Mutua, ministro de Asuntos Exteriores de Kenia, que agradeció la confianza depositada en su país para liderar la misión. El despliegue tendrá una duración de un año, prorrogable. Según fuentes de la ONU, citadas por la agencia Efe, no cabe esperar que sea inmediato, ya que el proceso se prolongará “varios meses”.
Ayuda de EE UU
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“Tenemos la intención de trabajar con el Congreso para proporcionar 100 millones de dólares en ayuda exterior, y el Departamento de Defensa está preparado para proporcionar hasta 100 millones de dólares en apoyo habilitador”, declaró el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, tras aprobarse el despliegue. “Seguimos esperando que la comunidad internacional aporte también financiación, equipos, formación y personal para apoyar un verdadero esfuerzo multinacional”. Los países latinoamericanos no se han ofrecido a enviar efectivos de momento.
“Aunque esta iniciativa representa un progreso importante, Estados Unidos renueva su llamamiento urgente a los actores políticos, incluido el primer ministro [Ariel] Henry y los miembros de la oposición, para que amplíen el consenso y restauren el orden democrático en Haití”, añadió Blinken. El compromiso de la Administración del presidente de Joe Biden con la estabilidad de Haití puede darse de bruces con un Congreso de mayoría republicana, que ya ha logrado aparcar la continuada e importante ayuda de Washington a Ucrania en el acuerdo de prórroga para evitar el cierre de la Administración, este sábado. Si Ucrania ha salido malparada de la batalla política en EE UU por la resistencia de los republicanos a seguir financiando la guerra, el destino de Haití, inmerso desde hace décadas en una espiral de violencia y anarquía que lo ha convertido en un Estado fallido, no parece que pueda correr mejor suerte en lo tocante a financiación, pese a las promesas de Blinken y la Administración que representa.
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