¿Cómo puedo llegar a cientos de kilómetros de personas que viven con el pueblo israelí en Gaza? La figura del conocido como chef del barrio es fundamental para poder hacerse cargo de los conocidos como puntos de cocina móviles o improvisados. Se ponen en funcionamiento gracias a la colaboración de la ciudad en zonas rurales, zonas residenciales concretas, patios, jardines o pequeños comercios. El objetivo, ante la necesidad fundamental y urgente que requiere la nutrición, es lograr una mayor proximidad a una población que sufre desde hace meses la guerra, desnutrida, sin pocos recursos y con muchas dificultades para hacerse cargo de los alimentos en las zonas desplazadas del país. Lugares donde caen sobre los escasos bartulos y se acumulan te esforzarás por sobrevivir.
El avance de las tropas israelíes en Rafah, en el sur de Gaza, y el consiguiente movimiento de un millón de habitantes de Gaza hacia otros territorios han complicado en gran medida las operaciones, informa Rafeek el Madhoun, jefe de la ONG Estadoundense en Francia, durante una entrevista telefónica Rebuilding Alliance . Antes de más reubicaciones, la organización intentó reubicar a sus equipos en zonas más seguras, buscar nuevos depósitos y apretar el acelerador para conseguir duplicar el número de razas y llegar hasta las 90.000 comidas calientes actuales cada día.
Hasta unos días antes de la entrada de los tanques israelíes en Rafah, la organización logró mantener abiertos 15 puntos de atención en el este de la ciudad sureña (este diario no pudo confirmar si la situación de permanencia es estable tras la incursión en el centro urbano ). “Las bombas caían muy cerca de nuestras cocinas”, explica Mohamed Hamooda, nutricionista y uno de los jefes de cocina de esta ONG en Rafah, en videoconferencia. Uno de los principales objetivos es no poner en peligro a la población local ni a los voluntarios y trabajadores, pues, siempre que es posible, se instalan en lugares que consideran seguros.
“Vayamos a una nueva zona de acampada y veamos qué herramientas y herramientas tenemos. Así facilitamos comida para la cocina y para nuestras familias junto con aquellos chefs del barrio que se ponen manos a la obra”, explica el gerente de Rebuilding Alliance. “Con estos tarros grandes se pueden preparar 5.000 asados”, añade.
Además, la ONG recibe apoyo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU. Pero el vínculo terrestre de los soldados en Rafah ha separado «la mina y los demás» entre sus equipos, informó el supervisor, que les hizo grabar el bombardero israelí que aterrizó en Deir al Balah el 1 de abril como parte integrante de la ONG World Central Kitchen (WCK), fundada por el chef español José Andrés, con la que colabora sobre el terreno. “Aquel ataque nos dejó a todos devastados”, reconocen.

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El Madhoun se queja de que sólo tiene carne o pollo y que las verduras se le han acabado de precio hasta que puede permitirse, como las patatas, 27 secuelas (uno de 6,5 euros) el kilo. “Son alimentos básicos, sobre todo para los niños”, se queja ante el hecho de que ni siquiera puede mantener las luces encendidas. Es decir, lo que esencialmente recibimos estos días en Naciones Unidas y también preparamos en los menús son lentejas, pasta, asado, vinagre vegetal, concentrado de tomate y un poco más.
Menos de una vez antes de entrar en los tanques israelíes hasta el centro, Rafeek el Madhoun partía cada día hacia Rafah desde Deir al Balah, en el centro del enclave, para supervisar estas cocinas de emergencia. Los 90.000 platos preparados se duplicaron antes de la ofensiva israelí en Rafah la semana pasada. “Hemos dado la orden a nuestros equipos de redoblar nuestros esfuerzos y aumentar nuestra capacidad de preparar comidas calientes en el oeste y el norte de Rafah, en la ciudad de Jan Yunis, así como en Al Mawasi”, explica El Madhoun, reavivándose. en este último caso en la gran zona rural en la que Israel se vio obligado a desplazarse hacia los gazatíes con órdenes contrarias a la legislación internacional.
El día que se realizó esta entrevista, el 10 de mayo, la ONG pensó en abrir dos o tres nuevos puntos para poder cocinar. El flujo de gente que asciende desde lo alto continúa hasta Deir al Balah. También decidieron montar una cocina en una zona rural con familias instaladas en las cuidadoras del Hospital de los Mártires de Al Aqsa. Su objetivo es poder conseguir que la publicación se lleve a cabo empezando a moverse y asentarse en estas nuevas soluciones.
Los precios para llegar a las zonas consideradas más seguras han desaparecido por culpa de los fallos de los vehículos y del combustible, explica Osama, un periódico local de 31 años, desde Rafah a través de mensajes telefónicos. Confirmad que hay que pagar 300 segundos (unos 75 euros) por una plaza en transporte colectivo de gran número de personas y 1.000 en coches.
“Cada día tenemos que pagar más por el transporte”, coincide El Madhoun al describir que la logística se ha complicado por el riesgo que impone Israel en los dos frentes que une desde territorio israelí, Kerem Shalom, y Egipto, junto a Rafah, sólo las calles serán administradas desde el exterior. Eso supone una red porque la ONG siempre se ocupa de abrir sus puntos de cocina en zonas seguras y los habitantes no necesitan desplazarse, pero los recursos de quienes tienen acceso a la puerta de entrada son cada vez menos y la de atrás, más. Cada vez es más complicado, admítelo.
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