El incendio que ha asolado el parque nacional de Dadiá y buena parte de la región griega de Evros, que este viernes cumplió dos semanas de actividad, fue provocado por un rayo causado por una tormenta eléctrica. Así lo constataron los bomberos, así lo atestiguaron las autoridades locales y así lo recogieron los medios locales. Nadie lo puso en duda hasta que tres justicieros de extrema derecha, vecinos de la zona, secuestraron a 25 migrantes en las inmediaciones de la frontera turca, los encerraron en un remolque, grabaron su actuación y la retransmitieron en redes sociales. Afirmaron que habían detenido a los autores del siniestro, que ya es el más grave registrado nunca en la Unión Europea. Esto ocurrió el 22 de agosto, cuatro días después de que se originara el devastador fuego. Ahora, el Gobierno parece asumir esta teoría. “Es casi seguro que el origen fue humano y es del todo seguro que esas llamas prendieron en rutas utilizadas por inmigrantes ilegales”, ha asegurado este jueves el primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis.
En Evros, región del noreste de Grecia fronteriza con Turquía y Bulgaria, han muerto al menos 19 solicitantes de asilo. Algunas fuentes elevan la cifra a 27. Mitsotakis ha responsabilizado a las ONG de la presencia de estos extranjeros en el bosque, pero sin mencionar a ninguna en concreto. “Quienes se encontraban dentro de Dadiá no deberían haber estado allí. Recibieron un SMS del 112 en dos idiomas, griego e inglés, con órdenes de evacuación para todo el mundo”, ha asegurado desde la tribuna, para concluir que, cuando los focos se extingan, el Gobierno contratará tanto a guardias forestales como a agentes fronterizos.
La oposición de izquierda ha tenido un papel muy poco relevante en la sesión parlamentaria. La formación Syriza está más centrada en su proceso de renovación de cargos tras la dimisión de su líder, Alexis Tsipras, que culminará con la elección de una nueva secretaria general en un congreso extraordinario este sábado. El Partido Comunista tampoco ha contado con su líder, Dimitris Kutsumbas, que se recupera en casa de una afección respiratoria por la que tuvo que ser hospitalizado esta semana. Esto ha reducido el debate a una discusión entre el Gobierno y los tres partidos de extrema derecha que compiten por ver quién pronuncia el discurso antiinmigración más duro.
Milicias de caza de personas
Las diferentes facciones de la extrema derecha helena acogieron con entusiasmo la actuación de los tres justicieros de Evros y desde entonces han reactivado los llamamientos a formar milicias para cazar migrantes en la frontera. No es una idea nueva: en 2020 estos mismos grupos ensayaron su primera tentativa, con una actitud de tolerancia por parte del Gobierno. Paris Papadakis, diputado del partido ultraderechista Solución Griega por la provincia de Evros, ha publicado una incendiaria arenga en la que acusaba a los migrantes de “obstruir el trabajo de los bomberos” y de provocar el fuego.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
Papadakis y su partido no son personajes secundarios en todo este embrollo. El parlamentario ha asegurado que él estuvo presente cuando los justicieros libraron su “caza” a la policía. Es decir, cuando entregaron a los 25 migrantes detenidos ilegalmente.
El líder de Solución Griega y portavoz de la formación a escala nacional, Kyriakos Velopoulos, fue de los primeros en difundir el vídeo del secuestro. Él hizo que la grabación, distribuida inicialmente en un grupo de apenas 240 miembros, adquiriera notoriedad internacional. Velopoulos, quien afirmó que los autores de la detención ilegal estaban defendiendo “los bosques, sus propiedades y su país”, ha instado a blindar la frontera por cualquier medio, incluso mediante el sembrado de minas antipersona.
Mientras, los tres autores del vídeo han entrado en prisión este viernes. El Tribunal Superior de Alejandrópolis ha resuelto así un recurso interpuesto por la Fiscalía. Ahora los acusados deberán esperar en la cárcel hasta el juicio porque el juzgado ha descartado la posibilidad de fianza. 13 sirios que formaban parte de los 25 secuestrados por los justicieros fueron interrogados por el juez de guardia, pero han quedado en libertad porque el instructor no ha hallado ningún indicio que les vincule con el fuego.
La conspiranoia contra los refugiados viene de lejos. Es habitual que la extrema derecha culpe a los migrantes, a quienes considera “enemigos de Grecia”, de los incendios que el país padece cada verano. Pero estos son cada vez mayores y el discurso adquiere dimensiones inéditas. Hasta este agosto, se limitaba a las redes sociales o a personajes marginales de la extrema derecha; ahora, el de Evros ha hecho que diputados, líderes de partidos y hasta el primer ministro hayan asumido el vínculo entre desastres naturales y rutas migratorias.
Alberto Conejero, dramaturgo y experto conocedor de la historia de la Grecia, lamenta que este tipo de “paranoias” formen parte “de los relatos fundacionales del Estado-nación griego”, aunque matiza que Grecia es un país fuertemente polarizado en el que no todo el mundo comparte los argumentos ultranacionalistas. El autor pone como ejemplo los incendios de Salónica de 1917, cuando la segunda ciudad de Grecia —en aquel momento la más poblada— quedó destruida. La peor parte se la llevaron los barrios judíos, la minoría más numerosa de lo que entonces era una urbe multicultural. Esto no evitó que las autoridades perjudicaran deliberadamente a los propios judíos, demorando las labores de reconstrucción. “Se culpó a tropas aliadas, luego se afirmó que se inició en la casa de unos refugiados. Todo para ocultar la desastrosa gestión”, explica Conejero. “El siniestro fue aprovechado por [el primer ministro Eleftherios] Venizelos en su campaña de homogeneización étnica”, concluye el dramaturgo.
Migrantes detenidos
El incendio de Evros sigue fuera de control, pero los movimientos migratorios no se han detenido. A pesar del enorme peligro de atravesar un bosque en llamas, decenas de migrantes siguen utilizando esta vía, según diferentes testigos. Este viernes, los bomberos rescataron a un grupo de 25 personas de nacionalidades siria, iraquí y libanesa que estaban rodeados por el fuego. Las encontraron mientras operaban entre los pueblos de Yanuli y Dadiá y fueron llevadas a un lugar seguro, ha declarado a la agencia Reuters Yannis Artopios, portavoz de los bomberos.
La televisión pública ERT ha publicado que el grupo fue trasladado al municipio de Dadiá, que este viernes parecía un pueblo fantasma. Desde su iglesia, situada en el punto más alto de la localidad, se divisaba cómo las llamas se extendían por todo el horizonte hasta perderse en el infinito. Apenas había coches que circularan por las calles. Y los únicos vecinos a los que se veía estaban sentados en una terraza de la plaza junto a varios bomberos. Estos han asegurado a EL PAÍS que los rescatados no estaban allí, sino en la comisaría de Suflí. En esta localidad, los agentes de policía no han querido confirmar la presencia de los migrantes, pero sus pertenencias —mochilas cargadas con ropa y comida para el viaje— siguen apostadas a la puerta de las celdas.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites