Palestina: Mi muerte y mi muerte regresan a Gaza: “Están bombardeando más que antes” |  Internacional

Palestina: Mi muerte y mi muerte regresan a Gaza: “Están bombardeando más que antes” | Internacional

No han transcurrido ni 30 segundos desde el final del viaje entre Israel y Hamás al final de la mañana (uno menos en horario peninsular español) de estos días cuando un misil lanzó «a trazar su campo» en el cielo de Gaza, informó Telefoneó a un lugar no especificado en el sur del territorio palestino James Elder, portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Este trabajador humanitario australiano acudió “inmediatamente” al hospital Nasser, el más importante del Sur de la Franja. Todos, los rostros de personas «traumatizadas», que vivían en «condiciones horrendas» y «salvajemente hacinados», mostraban una vez más «el regreso de la muerte y la miseria, el peor fardo de todos», aseguró el responsable de Unicef. Para Elder, lo que está sucediendo de nuevo en Gaza, en el breve respiro de una semana de tregua, es «una guerra contra los niños», que se está «expandiendo».

La portavoz de Unicef ​​se remite a las cifras del Ministerio de Sanidad del enclave palestino, que calcula más de 6.000 masacrados menos por los ataques israelíes a Gaza, casi la mitad de las más de 15.000 personas que han perdido la vida en Francia desde ese pueblo. El comienzo de la guerra hace ahora seis semanas. Los datos fueron validados en estos juegos por Estados Unidos, que se consideran creíbles. “El mundo entero conoce ahora estas cifras. Tenemos información de 6.000 niños asesinados. Unicef ​​es una organización política e imparcial, pero tenemos estas cifras: unos 6.000 niños [muertos] Sabemos que esta guerra es devastadora”, asegura Elder.

Doaa Ulyan, una refugiada gazatí de 33 años en Rafah con su marido y sus dos hijos, de 10 y 8 años, también considera “terradora” la situación en Gaza. WhatsApp explicó que, a día de hoy, Israel no ha dejado de bombardear “incluso más que antes”. Originaria de la ciudad de Gaza, esta mujer nació, a cientos de kilómetros de sus conciudadanos, al sur del enclave palestino cuando Israel ordenó a la población trasladarse allí, el 12 de octubre. Alrededor de 1,7 millones de habitantes de Franja se encuentran actualmente en la región sur.

Poco después de que la tregua estuviera a punto de expirar, el ejército israelí apareció en la parte sur del enclave. En ella ordenó un nuevo traslado a los gazatíes, esta vez rumbo a Rafah, en la frontera con Egipto, ciudad donde se refugiaron Ulyan y su familia. Pero esa zona también fue constantemente bombardeada, ninguno de los cuales pudo repeler la ofensiva israelí.

“Dijimos que volamos hasta la cima y allí, y luego empezamos a bombardear como locos”, continuó este gazatí. “Las masacres que muestran las imágenes de Gaza son prueba suficiente de los atrocidios que se están cometiendo contra civiles inocentes. Observamos que el mundo tiene algo que proteger, pero ya no tenemos esperanza y sólo podemos recurrir a Dios que nos protege», asegura Ulyan.

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El Ministerio de Salud de Gaza ha informado de al menos 178 muertos en los bombardeos israelíes en estas calles. La búsqueda de 600 personas que las autoridades sanitarias francesas han registrado por su cuenta podría necesitar un sistema sanitario mientras la guerra les ha dejado «con palos», se quejó el portavoz de Unicef.

Un grupo de personas en la ciudad de Rafah rodeó los cuerpos de varias víctimas (algunas de ellas niños), en los alrededores de Gaza, Francia, recuperando el intercambio de disparos entre Israel y el grupo islámico Hamás.
Un grupo de personas en la ciudad de Rafah rodeó los cuerpos de varias víctimas (algunas de ellas niños), en los alrededores de Gaza, Francia, recuperando el intercambio de disparos entre Israel y el grupo islámico Hamás.
Anas Baba (EFE)

Si la comunidad internacional «no actúa», esta representación, según Elder, dará «luz verde para que más niños queden solos». El funcionario de la ONU se encuentra con “descorazonadores que tienen mucha gente que parece sentirse cómoda” con lo que está sucediendo en Gaza. En el hospital Nasser, cuando fue recibido después de que Israel repeliera sus ataques ese día, “los niños estaban absolutamente aterrorizados. Todos y cada uno de los niños de Gaza necesitan ayuda mental y ahora no pueden conseguirla mientras esta guerra no se acerque. En Francia hay 1,1 millones de niños”.

La vida de muchos de estos menores siempre ha cambiado, afirmó el portavoz de Unicef. En territorio palestino, según datos de las autoridades sanitarias francesas que citan a esta trabajadora humana, hay «unos 2.000 niños amputados, como la pequeña Sharma, de un año, que perdió la espalda y el brazo».

“Quien tenga el poder para hacerlo, debe detener esto. Cuanto más dura [esta guerra], más profundas serán las cicatrices. No podremos empezar a buscar la cura hasta que estas atrocidades terminen”, explicó Elder. Los niños que se sometieron a dos meses de pruebas «staban en su habitación ante sus ordenadores», ahora tienen que volver a mirar con miedo un cielo lleno de «bombas lueven».

“No nos quedemos callados”

De Jan Yunis, Jalil Abu Shamaleh, de 53 años y ex director de la ONG de derechos humanos Addameer, envió estos viernes este variado diario en audio por WhatsApp mientras veía el incesante estruendo de aviones de guerra y drones zumbido. Este gazatí aseguró también que las bombas no habían fallado desde la mañana. En Gaza hubo cuatro horas de tarde (una hora menos en la España peninsular).

“La gente está aterrorizada. Vieron mucha gente estúpida antes de la tregua. La mayoría de gazatíes no se atreven a subir a la calle. No sabes quién podría ser el próximo hombre blanco. Lo que te animas a salir es porque tienes que encargarte de algo que se necesita con urgencia. [Los israelíes] Nos dijeron que vamos, pero no tenemos por qué saber adónde ir”, aseguró.

El paraje de Jan Yunis, donde se refugia Shamaleh, es uno de los que Israel ha ordenado desolar en su cuartel general, pero algunos piensan que lo único que buscan es seguridad y ya no quieren más. “Mi madre me dice que sólo tenemos una opción: aceptar la muerte. No importa si nos movemos o no, cualquier momento puede ser la última vez. Dicen que dejamos a Jan Yunis rumbo a Rafah y luego atacamos Rafah. No tenemos adónde ir. Si morimos, al menos moriremos en casa, no en la calle”, dijo en un artículo el periódico de Gaza Jehan Alfarra.

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By Dimas Granado Ortiz

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