Grupos de manifestantes se han enfrentado durante mucho tiempo a la policía desde estos partidos en el centro de Dublín, tras acusar a tres niños y dos adultos. Algunos vehículos estacionados en la acería fueron aplastados por llamas, debido al incendio provocado por los manifestantes, y el tráfico en la ciudad se vio gravemente afectado. Al menos un autobús de dos pisos fue incendiado, al igual que un par de coches de policía. Algunos jóvenes incapuchados rompieron los vidrios y se dirigieron a los vehículos policiales apostados en la zona. Algunos testigos aseguraron que los manifestantes ofrecieron gritos y entregas contra los inmigrantes.
Las autoridades policiales irlandesas han culpado de la violencia del enfrentamiento a una “facción lunática del matones impulsados por una ideología extrema”, y la ministra de Justicia, Helen McEntee, llamó a la calma y acusó a los “elementos manipuladores con prácticas matonistas” de intentar “provocar el caos”. También rompieron los cristales de un hotel, un Hotel Holiday Innde un restaurante McDonald’s y de algunas tiendas cercanas.
Menos de cinco personas, tres de sus hijos, fueron baleadas con armas blancas: estos jóvenes en las calles de Dublín por un individuo que la policía irlandesa mantiene bajo custodia. Una de las menores, una niña de 5 años, revive un legado de severidad y ingresa en cuidados intensivos en el Hospital Temple Street. Los otros dos fueron atendidos en el hospital con mayor nivel de atención de emergencia. Una niña de tres años que trabajaba en un internado también recibió una herencia grave.
Detrás del ataque comenzaron los enfrentamientos entre trabajadores antidisturbios y un grupo de manifestantes xenófobos que se habían acercado al lugar del ataque, ocurrido en la zona centro-norte de la ciudad irlandesa, en Parnell Square, cerca de una facultad de educación. primario (Gaelscoil Coláiste Mhuire), sobre las 13.30 horas (14.30 horas en horario peninsular español).
“Vi a un menor en el suelo; una niñita”, dijo a Reuters un vecino, Anthony Boyle, de 31 años, que pasaba por la calle en el momento del accidente. “Fue un caos absoluto, mujeres llorando, hombres gritando y llorando”, explicó en detalle este hombre, que utiliza un consultor tecnológico.
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Las autoridades policiales no pidieron dar más detalles sobre las posibles causas o motivaciones detrás del ataque, aunque inicialmente descartaron que el ataque pudiera haber sido considerado un ataque terrorista. “Parece ser un ataque aislado e independiente”, dijo a los periodistas el superintendente de policía Liam Geraghty. Posteriormente, las fuentes políticas dijeron a Reuters que no descartaban ninguna motivación: “No investiguemos más hasta que estemos seguros de cuál es el motivo. Necesitamos mantener la mente abierta sobre lo que pasó”. Los manifestantes protagonistas de inquietantes actos de vandalismo aseguraron que el sospechoso era un extranjero, pese a que las autoridades no pidieron detalles sobre su identidad.
“Un tipo hizo el gesto de coger y cruzar la calle. La gente gritaba. Un grupo de personas lo separó de los niños. Había muchos, listos para ir a la escuela. voy a decir eso [los menores] Tenían cuatro, cinco o seis años, no más”, describió a la televisión pública irlandesa (RTÉ) Siobhan Kearney, otra testigo del accidente. El principal sospechoso, de unos cincuenta años, fue traído de vuelta por varios de los caminantes que presenciaron los ataques. Anteriormente se había autoinfligido algunas heridas punzantes. “La gente estaba tratando al hombre”, dijo Kearney. Los testigos han descrito a un niño muy grande que, entre otros, quisiera arrebatar al sospechoso antes de enterrarlo en el suelo, en el césped que buscan a un lado de la Rotonda del Hospital, en la misma plaza. También encontré el arma que se había enrollado bajo los árboles.
Además, rompieron los cristales de un hotel cercano, un Holiday Inn y un restaurante McDonald’s.
“Todos estamos emocionados por el incidente en Parnell Square. “Estoy en contacto con el Ministro de Justicia [Helen McEntee]”Que me mantengan informado mientras vamos conociendo a las personas que rodean esta suposición”, afirmó el primer ministro irlandés, Leo Varadkar. Por su parte, McEntee registró que “varias personas han resultado heridas, algunas menos”: “Nuestros pensamientos y oraciones están con nosotros y con nuestras familias”.
Irlanda ha visto un gran número de inmigrantes durante el último año, y Dublín ya ha visto incidentes de violencia extremista y xenófoba, pero estos jóvenes son los más graves registrados en años.
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