Nuevo ataque mortal en una escuela de Brasil, el octavo en lo que va de 2023. Un alumno de 16 años ha matado este lunes a primera hora a una estudiante de un tiro en la cabeza y ha herido a otras tres personas al abrir fuego con un arma en la escuela estatal Sapopemba, en la ciudad de São Paulo. El agresor ha sido detenido y el arma, confiscada. La víctima mortal tenía 17 años. El ataque comenzó a las siete y media de la mañana, según la Policía Militar, citada por el diario Folha de S.Paulo, cuando el adolescente empezó a disparar dentro del colegio contra sus compañeros; según la misma fuente, el agresor era víctima de acoso escolar.
El chaval le ha contado a su abogado que sufría acoso y, en concreto, homofobia. “Me ha dicho que, como ya no soportaba esa situación de homofobia que padecía en el colegio, decidió agarrar a escondidas un arma de fuego que estaba en casa de su padre […] y decidió hacer esto”, ha explicado el letrado. Este ha añadido que la madre ya presentó una denuncia por el acoso que sufría su hijo, una presión que aumentó cuando decidió vestirse con ropas femeninas.
El arma utilizada era un revolver del calibre 38 que pertenecía al padre del agresor, que es repartidor en motocicleta. Gobierno estatal de Sao Paulo ha informado de que “durante el ataque a tiros fueron alcanzados tres estudiantes. Una alumna murió y otros tres son atendidos en el hospital, incluido uno que resultó lesionado al intentar huir”. Todas las víctimas son mujeres y dos de las heridas recibieron disparos.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha manifestado su tristeza por lo sucedido. “No podemos normalizar que las armas estén accesibles para los jóvenes en nuestra sociedad, ni tragedias como esta”, ha añadido en redes sociales, según Efe.
Brasil vive una epidemia de ataques en escuelas, protagonizados a menudo por alumnos presentes o antiguos y con ecos que recuerdan a los de Estados Unidos. En lo que va de año ha habido ocho sucesos similares, según un reciente estudio del Foro Brasileño de Seguridad Pública, citado por Efe. Esa cifra supone un tercio de los ocurridos en las dos últimas décadas, lo que da idea de cómo han aumentado en los últimos tiempos.
En ocasiones, como este lunes, el agresor ha usado un arma de fuego, pese a que conseguir una en Brasil es mucho más complicado que en EEUU incluso después de las leyes aprobadas durante el mandato de Jair Bolsonaro para flexibilizar las ventas.
El pasado abril Brasil quedó absolutamente conmocionado cuando cuatro niños menores de siete años fueron asesinados en una guardería. Aquel suceso, menos de un mes después de un apuñalamiento mortal protagonizado por un alumno, puso en alerta al Gobierno, que habló de epidemia de violencia en los colegios. Las fuerzas de seguridad se desplegaron en numerosas escuelas y detuvieron a más de 200 adolescentes por difundir amenazas.
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