Al menos 17 personas han fallecido este miércoles en el este de Ucrania, cuando un misil ruso impactó en el mercado de Kostiantinivka, un municipio situado a 10 kilómetros del frente de guerra en la provincia de Donetsk. Los heridos ascienden a 34, según el Ministerio del Interior. Las autoridades no han precisado cuántas de las víctimas son civiles y cuántas son militares, pero sí se ha confirmado la muerte de por lo menos un menor de edad.
Una cámara de seguridad ha registrado el momento del impacto. Ha sido el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, quien ha hecho público el vídeo. Pasaban pocos minutos de las dos de la tarde (una hora menos en la España peninsular) y la zona estaba poco transitada. Las personas que aparecen en las imágenes son todas civiles, aunque en vídeos de las tareas de rescate se identifican también a algunos militares heridos. Kostiantinivka es una ciudad del frente en permanente amenaza en estos casi 19 meses de guerra y en la que cientos de soldados tienen su base de retaguardia. Obuses de artillería rusos cayeron el pasado martes sobre el municipio, hiriendo a cinco civiles, según la administración militar de Donetsk. Las imágenes del ataque de este miércoles confirman que el misil no alcanza ningún objetivo militar: impacta directamente en una zona comercial civil.
El más reciente bombardeo ruso con numerosas víctimas civiles se produjo el 19 de agosto en Chernihiv, provocando la muerte de siete personas y 90 heridos. El objetivo del invasor ruso en aquella ocasión eran unas conferencias de productores nacionales de drones, que se celebraba en el principal teatro de la ciudad. Un misil de crucero terminó con la vida de 10 civiles el 6 de julio en Lviv, en el oeste de Ucrania.
Zelenski fue muy duro en su mensaje sobre el ataque a través de sus redes sociales: “Cualquiera en el mundo que continúe relacionándose con algo que sea ruso simplemente ignora la realidad. Es el mal atroz. La maldad descarada, la total inhumanidad”. En una intervención posterior junto a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, de visita en Kiev, el presidente ucranio insistió en que lo perpetrado por Rusia “es un acto deliberado de terrorismo”. “El ataque fue contra un mercado, en tiendas, en una farmacia, es una zona civil, no hay unidades militares cerca. Ya lo hicieron antes, cuando hay pasos positivos en la ofensiva ucrania, Rusia siempre responde disparando contra civiles y objetivos civiles”, añadió.
Kostiantinivka tenía una población previa a la invasión de 70.000 personas. La población actual podría ser cercana al 20%, la media que queda en las poblaciones de Donetsk próximas al frente de guerra. Este municipio se encuentra entre dos de los principales focos bélicos del momento, a 12 kilómetros de Bajmut y a 35 kilómetros de Avdiivka. El acceso para los medios de comunicación a Kostiantinivka está severamente restringido por las Fuerzas Armadas de Ucrania, alegando la necesidad de limitar que se conozca información sensible sobre la contraofensiva en marcha.
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Mikola Bielieskov, miembro del Instituto Nacional para Estudios Estratégicos —organismo dependiente de la presidencia ucrania—, compartió este miércoles un mapa de los ataques contra civiles más mortíferos de Rusia. El peor hasta el momento continúa siendo el bombardeo de abril de 2022 de la estación de tren de Kramatorsk, también en la provincia de Donetsk, que causó 61 fallecidos y 121 heridos.
EL PAÍS ha podido comprobar en las últimas semanas que vecinos que habían abandonado municipios de elevado peligro como Kostiantinivka se están viendo forzados a volver por la falta de ingresos que les permita mantener una vivienda en la ciudad de refugio. Este era el caso de Svetlana Svit, una mujer de 59 años que el pasado invierno abandonó Kupiansk, en el frente de guerra de Járkov, pero que tuvo que volver hace dos meses, junto al resto de su familia, porque no podían continuar pagando el alquiler en Kirovogrado, en el centro del país. Svit detalló que como refugiada recibía del Estado una ayuda mensual de 2.000 grivnas (50 euros).
La carnicería provocada por Rusia en Kostiantinivka ha coincidido también con la visita a Kiev de Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos. El viaje de dos días de Blinken a Ucrania debe servir para evaluar la contraofensiva después de tres meses en marcha y para reiterar el apoyo estadounidense al país agredido en un momento en el que algunos aliados —así como fuentes del Pentágono— han expresado su preocupación por los lentos progresos ucranios en el campo de batalla. La semana pasada, la Casa Blanca había subrayado los avances de estas tropas en el sureste.
“Queremos asegurarnos de que Ucrania tiene lo que necesita, no solo para tener éxito en esta contraofensiva, sino también a largo plazo, para garantizar que cuenta con un elemento disuasorio suficiente”, declaró el jefe de la diplomacia estadounidense. Se trata de la tercera ocasión en que Blinken viaja a Kiev desde el comienzo de la guerra, pero es la primera en la que pasa una noche allí. Tiene previsto emprender regreso este jueves.
1.000 millones de dólares de ayuda de EE UU
Durante la primera jornada de su viaje, Blinken se ha reunido con el primer ministro ucranio, Denis Shmyhal, con el titular de Exteriores, Dmitro Kuleba y al final del día, con el propio Zelenski. El secretario de Estado ha asegurado ante Zelenski que los recientes avances ucranios en el frente de Zaporiyia, hacia el mar de Azov, “son muy, muy y muy esperanzadores”. Blinken añadió que su Gobierno está analizando de cerca la situación para entender qué necesidades “inmediatas” tiene Ucrania, pero también en el largo plazo.
La agencia Reuters avanzó que en estas conversaciones se anunciaría una nueva partida de 1.000 millones de dólares (933 millones de euros) en asistencia a Ucrania. Estados Unidos ha suministrado hasta el momento ayuda a Ucrania valorada en más de 104.000 millones de euros, la mayor parte, material militar.
Blinken aseguró en su encuentro con Kuleba que Estados Unidos ha constatado “buenos progresos” en la contraofensiva. “Es muy alentador”, añadió. Tras su reunión con Shmyhal, subrayó que se encuentra en Ucrania para reafirmar el apoyo de su país. “Para ayudar a asegurarnos que tienen éxito militar contra la agresión, pero también para apoyarles y garantizar el éxito de sus esfuerzos en la construcción de una economía y una democracia fuertes”, añadió.
Según han apuntado fuentes del Departamento de Estado, en estos encuentros estaba previsto abordar posibles rutas alternativas para la exportación de grano ucranio después de que Rusia haya abandonado la iniciativa del mar Negro y ante sus frecuentes bombardeos de los puertos en la región de Odesa que utilizan el río Danubio para el comercio hacia Europa.
En la ruta a Kiev por tren desde Polonia, Blinken conversó también con la danesa Frederiksen, para agradecer los esfuerzos de su país en el adiestramiento a los pilotos ucranios en el manejo de los cazas F-16. Dinamarca aprobó la entrega de 19 unidades de sus F-16 a las Fuerzas Aéreas de Ucrania, una decisión que requería la autorización previa de Washington, por tratarse de aviones producidos en Estados Unidos.
El inicio de la tercera visita de Blinken a Ucrania se produjo pocas horas después de un nuevo bombardeo a gran escala ruso contra la capital. Misiles de crucero y también balísticos fueron disparados poco antes de las seis de la mañana. Todos los cohetes fueron interceptados por las defensas antiaéreas, pero los restos de uno de ellos se precipitaron sobre el casco urbano, destruyendo 11 vehículos aparcados en la calle.
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