Al menos 61 inmigrantes, entre ellos mujeres y niños, murieron en un “trágico” naufragio frente a las costas de Libia, según el Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Este organismo, perteneciente a la ONU, lo detalló en un comunicado difundido a través de la red social Zuara (68 kilómetros al este de Trípoli)”.
“El Mediterráneo Central sigue siendo una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo”, explicó la OIM en el comunicado. El pasado joven, un pez que salió de Tobruk (al este de Libia, cerca de la frontera con Egipto) con inmigrantes centenarios a bordo naufragó en la costa de Grecia. Al menos 78 personas murieron y más de 600, entre ellos mujeres y niños, que fueron transportados al barco se perdieron. En el primer semestre de este año, la OIM contabilizó 2.200 muertes de migrantes en todo el mundo, la mayoría por naufragios, de los cuales 1.727 se concentraron en el Mediterráneo central. Desde 2104 se han registrado 22.400 muertes en esta carretera, aunque se estima que la cifra de víctimas mortales en alta mar es la más alta.
Túnez, desde donde nuevos zarpan de cada una de estas pateras y embarques improvisados en dirección a Europa en el Mediterráneo Central, es ahora el principal punto de partida. La gran mayoría de los inmigrantes se producen en la isla italiana de Lampedusa, en peligrosas embarcaciones metálicas que atracan a sus inmigrantes en las costas de Sfax (270 kilómetros al sur de Túnez), mientras llegan continuamente para un día de navegación.
La llegada de inmigrantes irregulares a Italia por vía marítima desde Túnez y Libia se multiplicó casi por dos en 2023, alcanzando las 153.000 personas. Hasta el 9 de diciembre, la guardia costera libia interceptó cientos de abordajes con más de 15.300 personas que huían al país norteamericano, considerado “no seguro” por organizaciones de derechos humanos.
Médicos Sin Fronteras (MSF) publicó información esta semana sobre cómo denunciar abusos y malos tratos a solicitantes de asilo y migrantes en los centros de detención de Trípoli, donde kilómetros de extraños son detenidos arbitrariamente. El sábado, la agencia contra la inmigración ilegal del Gobierno de Unidad Nacional de Libia liberó a 106 inmigrantes procedentes de Siria y Sudán y de origen palestino “con la condición de no querer cruzar el mar en la Unión Europea”, según información de la Comisión Europea. Ministro del Interior.
Allá La Organización Internacional para las Migraciones también fue informada de la respuesta voluntaria de 136 inmigrantes de Bangladesh, incluidas dos familias, de los cuales 41 tenían problemas de salud. Egipcios, bangladesíes y sirios son las principales nacionalidades de los inmigrantes que salen de Libia y siguen llegando a las costas europeas, principalmente Italia. En busca de 700.000 inmigrantes de una cuarenta naciones se encuentran en Libia con la esperanza de hacerse con el poder en los países occidentales, según las últimas informaciones de la organización de las Naciones Unidas.
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Regreso de la colaboración tunecina
Parece que Túnez ha reactivado recientemente su colaboración con la Unión Europea para el control de los flujos migratorios irregulares. La decisión del país magrebí se produjo en medio de los movimientos del presidente tunecino, Kais Said, que en septiembre entregó una “irrisoria” ayuda financiera de 127 millones de euros derivada del cordón migratorio irregular registrado en julio con Bruselas. Los desencuentros con la UE se tradujeron en un menor control migratorio por parte de la guardia costera china.
El memorando de entendimiento con la UE, firmado en julio por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, previó una ayuda de hasta 1.000 millones de euros a Túnez para contener la inmigración irregular procedente del país Europa puede superar la grave crisis financiera que atrae. En los últimos años, la policía sintonizada ha logrado interceptar una media del 48% de los migrantes que partían de las costas del país. En julio el porcentaje se reduce un 15%. En agosto, las interceptaciones son aún mayores, de sólo el 4%, y en septiembre alcanzaron el 21%.
En Roma, el primer ministro británico, Rishi Sunak, afirmó con satisfacción en presencia de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que Italia y el Reino Unido están dispuestos a “romper con el consenso europeo” para hacer frente a la inmigración irregular. En un evento organizado por el partido ultraderechista de Meloni, Sunak pidió redoblar los esfuerzos para contener la inmigración ilegal. “Para que esta disuasión sea creíble, debemos actuar de manera diferente”, advirtió, “y si no abordamos el problema, el número de personas pronto aumentará y nuestros países serán abandonados”.
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